jueves, 11 de diciembre de 2008

El campo que nos duele

El 10 de diciembre, en el cumpleaños de uyn cuarto de siglo en Democracia, los productores rurales volvieron a manifestarse en las rutas.
Hobo movilizaciones y asambleas en 40 puntos del país, pero en Oliva y en uno de los accesos a Córdoba capital se realizaron cortes del tránsito vehicular.
El planteo de los hombres de campo, siempre hablando de los pequeños que rodean a nuestra región es la baja rentabilidad o en su defecto el "trabajo a pérdida" y la falta de políticas claras. Esta historia comienza a agudizarse desde hace un año, cuando los "gringos" levantaron la cosecha de trigo y el Gobierno nacional cambió las reglas de juego. Con el verso de la anti sojización, siguió confiscando. Pero duele además que al reclamo real de los productores más chicos, que se prendan en esta los especuladores de sie4mpre. Los que avanzan con sus mentiras y su llanto (una característica de los más pudientes, porque el pequeño sabe relajarse, reirse y vivir, sobre todo vivir y sobrevivir con lo que da el campo). Estos señores no dan el brazo a torcer y están dispuestos a guardarse la concreta renta extraordinaria que no quieren ceder. A ocultar bajo el colchón el dinero que frena la agroindustria, que hace de pared al sostenimiento de las fuentes de trabajo en la construcción, al circuito económico que hace a la vida social donde nos movemos. Estos señores, aportan a la crisis, acompañan la propia crisis por la que culpan a los K y rompen en definitiva esa cadena de pagos que sostiene las esperanzas y loas expectativas de todos los trabajadores por una mejor calidad de vida. Ese campo nos duele tanto como el del marginado pequeño productor.